11 de diciembre de 2008

LA MANO QUE MECE LA CUNA


Desde hace varios días desayunamos con la crónica y las imágenes de los violentos disturbios en Atenas, provocados como consecuencia de la muerte del joven Alexander Grigoropulos. Al parecer, el joven murió de un disparo efectuado por un policía, aunque todavía no esta muy claro si de forma accidental o intencionadamente, algo que tendrá que esclarecer la investigación en curso. Lo que si parece más claro, al menos según la versión dada por las autoridades, es que el joven se encontraba entre un grupo de encapuchados, que trataba de agredir con cócteles molotov al vehículo de la policía desde donde se efectuó el disparo. En cualquier caso, de lo que no cabe duda es que es lamentable que se haya producido esta muerte y que la justicia griega deberá esclarecer los hechos, establecer las correspondientes responsabilidades y, en su caso, aplicar la ley a quien corresponda.

A partir de ahí y de las comprensibles manifestaciones para pedir que se esclarezcan los hechos, estamos asistiendo a una escalada de violencia sin ningún tipo de justificación. Una escalada de violencia alentada, según se informa, por grupos anti-sistema y cuyas consecuencias a día de hoy son casi 500 comercios destruidos y/o saqueados, numeroso mobiliario urbano destrozado, decenas de heridos y más de 200 millones de Euros en pérdidas, sólamente en Atenas.

5 de diciembre de 2008

LA CUPULA DE LA INDIGNIDAD SE DESPLOMA


Según un artículo publicado el pasado día 03 de diciembre por el periodista argentino Juan Gasparini, en el diario digital Tribuna de los Derechos Humanos (VER NOTICIA), una parte del grotesco gotelé de Barceló, realizado para decorar la “cúpula de la indignidad” de Naciones Unidas, podría haberse desplomado.
Al parecer la sala permanece cerrada y con las puertas tapadas, y a pesar de que la responsable de comunicación de Naciones Unidas, Elena Ponomareva, niega cualquier incidente, reconoce que se sigue trabajando en las instalaciones.
Paradójicamente, sería realmente fácil desmentir esta noticia y acallar rumores de una manera muy sencilla: haciendo precisamente lo contrario, es decir, abriendo las puertas de la sala y dejando que cualquiera pudiera constatar el perfecto estado del gotelé... ¿No será entonces que, efectivamente, tienen algo que ocultar?
Y es que al final parece que existe una justicia divina, que por encima de la estupidez de la raza humana, nos recuerda lo que somos: seres humanos imperfectos, ególatras, vanidosos, materialistas y cortos de miras, a los que todavía nos queda mucho camino por recorrer para llegar a la madurez de la especie. 
Lástima que no pueda hacer uso de las mismas fanfarrias, alfombras rojas y boatos con los que fue presentada la cúpula de la ignominia; lástima de clac que ahora no estará allí para aplaudir; lástima de prensa, luces y taquígrafos, que hoy no serán convocados a golpe de agencias de comunicación; lástima que me falte una corona, o el aura de oropel de un artista –de un actor- contemporáneo, para poner en loor de multitudes el colofón y la guinda al cagajón de los 20 millones de Euros.

2 de diciembre de 2008

A VUELTAS CON LA MEMORIA HISTORICA



"Un resentimiento surge siempre calladamente en la conciencia de los vencidos: el de que todo gran fracaso es en el fondo merecido".
Gregorio Marañón

Recientemente he recibido un correo electrónico –no sé si como uno más de esos que la gente reenvía a modo de estupidez para matar el tiempo-, que hablaba sobre las víctimas del franquismo, la memoria histórica, las iniciativas del juez Garzón y particularmente, de los miles de niños que supuestamente el franquismo apartó de sus padres legítimos.

Reconozco que en un primer momento tuve dudas sobre si merecía la pena entrar una vez más en el debate de “la memoria histórica” y/o sobre “las víctimas del franquismo”, tema que últimamente viene siendo recurrente en nuestros medios de comunicación. Dudaba, por ser un tema que, al margen de ideologías políticas, parece que lo único que persigue es revolver en el pasado, para alterar la convivencia en el presente. Eso y poner de manifiesto una vez más, la delirante egolatría de jueces y políticos megalómanos, empeñados en ser protagonistas, una y otra vez, de las portadas de informativos y periódicos, al precio que sea. Finalmente y precisamente por ello, por considerar todo este tema un atentado contra el sentido común, he decidido no callar y dar mi opinión al respecto.